viernes, 27 de agosto de 2010

A las corridas, o al menos intentándolo

La pereza me está abatiendo.

Tengo que retomar con constancia mi actividad física. Estoy teniendo problemas con eso.

Hace un mes probé retomar spinning y me reinscribí en el gimnasio. La primer semana fui cuatro veces, la segunda una, la tercera una...terminé dándome cuenta de que no quiero estar encerrrada escuchando marcha. Tenía que encontrarle otra vuelta de tuerca.

En el 2007 empecé a salir a correr. Incentivada principalmente por mi padre, empecé con ese hábito. Llegué a salir correr todos los días. Estaba bastante entrenada.

Ahora salgo a correr cada muerte de obispo. Y cuando ese obispo se muere, me quedo sin aire a los dos minutos, y me culpo a mí misma por haber perdido la practica.

Pero yo sé que la puedo recuperar. Sólo tengo que encontrarle esa bendita vuelta de tuerca.

Yo suelo hacer siempre el mismo recorrido cuando salgo a correr. Al hacer ese recorrido paso por etapas de mi vida.

La Facultad, la plaza en la cual solía ir con el chico por el que más lloré en mi vida, la cuadra que es la vuelta de la casa de ese mismo chico, los estudiantes de derecho, a quienes ya no reconozco, ya que soy de otra época; y antes cuando estaba más entrenada llegaba hasta Libertador y Salguero, y pasaba por la puerta de mi colegio, por la Esso, donde he pasado bastantes tardes y mediodias, y corriendo hacía el mismo recorrido desde el colegio hasta el Paseo Alcorta, tal como lo hacía en mi secundaria. (época en la cual no corría ni loca)

Esas eran las buenas épocas. Cuando corría 40 minutos, y llegaba a esa altura del recorrido. Ahora corro 18 y llego hasta ATC.

Pensando en todo esto, descubrí que tenía que cambiar de método.

1) Algo que me haga despejar de mirar el reloj cada diez segundos: música. Nunca fui adepta de escuchar música mientras uno corre, ya que me gusta más conectarme por el lugar por el que estoy corriendo. Es más, suelo salir de mi casa despojada de todo elemento, mas allá de la ropa y del cronómetro. Las llaves las dejo en el jarrón de la puerta de mi casa. Lamentablemente, tengo que acudir al aparatazo enorme de mi Ipod como método de salvación.

2) El recorrido: tengo que diseñar algo que psicológicamente me engañe y me haga pensar que no tengo que llegar muy lejos. Llegué a la conclusión que lo mejor es probar es dar dos vueltas a una plaza grande, como la que está enfrente de la Facultad de Derecho. Probar una plaza un día, otra plaza otro día. Ir tanteando la tarima. Disfrutando corrida a corrida. Disfrutando día a día. Carpe Diem; Hit et nuc. Tratando de impregnar mi cerebro de este tipo de frases que nos llevan a pensar en hoy y no en mañana.

Hoy me levanté y dije:

CARPE DIEM - HIT ET NUC,

y emprendí mi corrida matutina.

Insusual en mí, soy una corredora de la tardecita. Me encanta el momento del día en el que el sol se va poniendo para el atardecer, el cielo es de mil colores y se levanta una brisa siemplemente perfecta. Pero estoy teniendo problemitas para arrancar a la tarde y suelo optar por quedarme viendo algún capítulo de Friends que seguramente vi un mínimo de 3 veces.

Elección de la música: By the way de Chilli Peppers. Ni bien empecé a correr al compás de la música, me di cuenta que es un excelente disco para correr. By the Way, el tema inaugural, dan ganas de correr hasta el fin del mundo. El problema fue que me quedé rapido sin aire, dado que los ajíes picantes me incentivaron a acelerar el movimiento de mis piernas.

Pero por suerte después vinieron las baladitas del disco, que me permitieron trotar un poco más lento y adecuar el ritmo al aire que tenía.

Cuando estaba terminando la primer vuelta empecé a sufrir un poco, y tomé la decisión de empezar a caminar en cuanto la termine.

Hago otra vuelta más caminando, me dije, y listo, me vuelvo a casa.

Pero esa decisión me olía a derrota.

Empecé a caminar, y cuando estaba por llegar a la mitad de la segunda vuelta caminando, empecé a trotar de nuevo. Negocié conmigo misma y corri esa parte que me faltaba de la segunda vuelta. Se podría decir que corrí casi dos vueltas.

Yo siempre elongo en el mismo árbol. Elongo, a veces hago un par de abdominales y después me tiro panza arriba con los brazos detras de la cabeza, como si estuviera en la playa. Y miro la copa del árbol y el contraste que hace con el cielo, y me felicito por el esfuerzo hecho.

Hoy era de mañana, y cuando atiné a sentarme en el pasto, me percaté de que estaba mojado por el rocío.

Elongé junto a un tacho de basura, y emprendí mi caminata a casa.

En el camino, me acosté en un banquito de Plaza Francia, todavía con los Chilli Peppers de fondo. El momento del relax en fundamental para mí. Hice mis abdominales, me incorporé y me puse a contemplar la ciudad. La gente, los árboles. Me detuve en dos paseadoras de perros que estaban con muchos (perros) y le tiraban la pelotita y los muchachos se volvían locos, y ellas se divertían mucho. Y me puse a pensar qué dirá la Lonely Planet de Buenos Aires, de su gente, de sus plazas.

Seguí caminando hasta mi casa. En un momento se terminó el disco de los Peppers.

Decidí poner de vuelta mi tema preferido de ese disco, "I could die for you", una baladita preciosa.

Y la baladita preciosa se terminó a dos cuadras de mi casa, y la puse de vuelta. En el auto hago lo mismo. La pongo mil veces.

Llegué a mi casa, subí por el asensor, a full con la baladita, haciendo la mímica de la batería mirándome al espejo(o "Drums-Hero").

Agarré la llave del jarrón, abrí la puerta, e hice mi entrada triunfal.

Desafiando los pronósticos y mi pereza.

Y cantando la baladita preciosa, como si toda la letra repitiese una y otra vez:

CARPE DIEM - HIT ET NUC

1 comentario:

  1. al fin y al cabo tenes voluntad maru!!!
    no hay chances que sañga a correr despues de mi primer no.. jajaja
    se te extraña ya, escribi!!!
    besitos miles
    bere

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